De la película Bajo la misma
estrella, basada en la novela de John Green
Uno de los cambios sociales y culturales más notorios en los últimos veinticinco años es el que se observa en relación a la sexualidad
de los jóvenes. Los medios de comunicación, el internet y las redes sociales
han tenido un gran impacto en este sentido, han
facilitado el acceso, por un lado, a la información acerca de
todo tipo de temas y perspectivas relacionadas con la sexualidad y, por otro
lado, a todo tipo de pornografía y violencia sexual. La investigación en
México, como en otros países, muestra que la fecundidad de las adolescentes ha
aumentado, al igual que el número de jóvenes con vida sexual activa. A pesar de que, en
general, la información sobre salud reproductiva y el conocimiento de métodos
anticonceptivos efectivos se ha incrementado,
esto no parece haber hecho mella en la tasa de embarazos de
adolescentes ni en el porcentaje de enfermedades de transmisión sexual. También se ha observado que es uno de los grupos más
afectados por la violencia sexual y, en general, sigue habiendo una mayor
vulnerabilidad entre los y las adolescentes de los sectores de la población con
menor educación y mayor pobreza.[i]
En nuestro estudio sobre lectura no teníamos la intención de indagar
sobre la sexualidad de los adolescentes, sin embargo, era inevitable que
surgiera el tema dado que nuestros participantes, que tenían entre 14 y 15
años, se encontraban en esa etapa crucial de la vida humana en cuanto a la
exploración y la construcción de opiniones, representaciones, perspectivas y decisiones acerca de las relaciones,
el sexo y la orientación sexual. Los comentarios más
comunes de los chicos y chicas se hicieron sobre la necesidad de obtener
información, en especial acerca de la homosexualidad, el acoso, la coacción y
la violencia de pareja.
En parte, estas inquietudes surgieron a partir de las lecturas: en Justicia Divina hay una escena sexual explícita además de
referencias a la homosexualidad de uno de los fantasmas; en La niña de rojo, el tema de la trata y explotación
sexual de las mujeres impregna el libro álbum y hay una subyacente amenaza de
violencia desde el principio hasta el final y en Memorias de Idhún destaca el deseo y el amor de los enemigos mortales, Kirtash
y Jack, por Victoria que los lleva a aceptar que ella los ama a los dos (más
adelante en la saga tiene relaciones sexuales con ambos).
Sin embargo, aun antes de darles los libros, las referencias a la
sexualidad surgieron, casi de inmediato, cuando
hablamos de sus lecturas fuera del colegio. Uno de ellos mencionó,
con franqueza, que el tema de las relaciones sexuales era uno que le
interesaba: “ahorita he leído un libro que se trata de los adolescentes, qué
les ha pasado, cómo cuidarse y todo […] en la relación sexual, cómo
protegernos, y pues ya.”
Al principio pensamos que quizá por
medir nuestra reacción, dos jóvenes nos comenzaron a contar en
detalle novelas eróticas. Más adelante, cuando llegamos a conocer un poco a los
participantes, nos pareció que en ambos casos su elección y su deseo de hablar
sobre estos temas tenían que ver con situaciones donde ellos veían alguna
semejanza con incidentes o problemas que los estaban afectando en ese momento.
Una chica nos relató:
[…] me gusta leer, apenas leí un libro que se llamaba “Julieta y sus
hombres de juguete”, trata como de sexo o así, habla de cómo juega con ellos,
porque trata de que ella tuvo, estuvo muy enamorada de una persona, de un
chavo, y la trató mal, y después ella quiso hacer lo mismo, quiso tratar mal a
los hombres, y como es muy bonita y tenía un buen cuerpo, jugó con todos ellos,
y les hacía cosas feas como dejarlos así como… es que se oye vulgar… como calientes
[…]
El otro joven nos describió un libro del Marqués de Sade y más adelante en
el proyecto volvió varias veces al tema del abuso y la violencia; por ejemplo,
en su “Río de lectura” incluyó un libro
llamado El Arte de ser Joven y nos
explicó que trataba sobre
[…] cómo tener una relación amorosa sin violencia, en
donde implica que una persona no tiene que ser violentada por su pareja, que
tiene que haber amor mutuo y que no se debe de forzar a una persona a tener
relaciones, si las dos no quieren, porque eso sería abuso sexual.
Entre
los demás participantes hubo varias alusiones al tema de la violencia sexual,
algunas más explícitas que otras, y sobre todo relacionadas con La niña de rojo donde el primer final
deja la suerte de la niña en manos del “lobo” y a la imaginación del lector.
Las alusiones a la homosexualidad fueron menos explícitas pero se hizo
evidente que algunos participantes estaban preocupados por su orientación
sexual. A pesar de que existe más tolerancia en México en general ante la
población LBHT, todavía existen muchos sectores culturales y religiosos conservadores caracterizados
por la intolerancia y la homofobia. De nuevo, estos comentarios surgieron en la
primera sesión:
Había una librería […] pasé y encontré muchos libros y
todos se me hicieron muy padres, pero había uno que me llamaba la atención […] decidí
comprarlo, y me gustó, lo empecé a leer, a leer, a leer, y me empenetré [sic] de
todo lo que venía, de cómo una jovencita se puede enamorar de alguien de su
mismo sexo…
Es importante notar que este tipo de comentarios arrojan serias
preguntas para todas las personas que trabajamos con jóvenes, aunque sea en un
taller de lectura. ¿Qué decir sobre estos libros? ¿Cómo responder? Podemos escuchar y mostrar empatía, pero
podemos ni debemos situarnos como psicólogos o terapeutas si no tenemos ese
entrenamiento. De acuerdo con los procedimientos éticos de investigación, cuando
los investigadores identifican que un participante parece tener un problema que
lo está afectando, sobre todo, cuando se trata de un alumno en edad escolar, se
debe informar a las autoridades correspondientes. Aun sin evidencias clara sentimos
que, no obstante la confidencialidad de la respuesta lectora, era más
importante hablar con la persona responsable de los y las estudiantes sobre
nuestra preocupación, en este caso resultó que ella ya estaba pendiente del
caso.
En la encuesta llevada a cabo en 1992, entre los libros más leídos, se
encontraron Nacida inocente, Pregúntale a Alicia y ¿Qué le pasa a
mi cuerpo? En 1996, el libro más popular fue Juventud en Éxtasis de Carlos Cuauhtémoc Sánchez, autor que en esa época estaba entre los más conocidos
y sus obras eran de las más vendidas en México. En un artículo que explora la construcción de sexualidades y
relaciones en esta novela de “auto-ayuda”, Daniel Nehring (2009) nos dice que
la popularidad de esta novela resalta las transformaciones culturales en cuanto
a las relaciones sexuales en México en las últimas décadas, sobre todo en
cuanto a las tensiones entre la tradición (religiosa-patriarcal) y la
modernidad.
Los libros de Cuauhtémoc Sánchez aparecieron de nuevo en la encuesta de
2014, pero se encontraron con un rival en Cincuenta
sombras de Grey de E. L. James (la película aún estaba por estrenarse). Una
tarde que llegamos al taller en una de las escuelas, la directora nos contó que
le había confiscado el libro a una de las alumnas. Una de las participantes en
el taller me contó que también lo estaba leyendo y defendió la lectura de su
compañera:
[…] la directora se enojó que porque esos libros no son para nuestra
edad. Pero pues yo siento que depende como lo tomes ¿no?, porque también si tú
eres una persona morbosa o de ese tipo de personas, pues obviamente que eso lo
vas a tomar de esa manera, pero o sea, yo lo tomo como una distracción, como
conocer experiencias de libros, y pues lo estoy leyendo, y no lo traigo a la
escuela porque sí, se lo quitaron […] Entonces pues yo lo vi como una
injusticia, porque hasta la misma directora dijo que ese tipo de libros depende
de cómo los tomemos, porque es un libro erótico […] o sea, sí hay edades para
leer libros, pero por ejemplo mi mamá, yo le digo de qué trata, y me dice: no
pues tómalo así y así y así ¿no?, entonces me ayuda un poco a digerirlo mejor.
Esta defensa es alentadora en el sentido que nos muestra una posición
madura por parte de esta joven, en la cual está consciente de las distintas razones
y maneras de acercarse a este tipo de lecturas, de la importancia de poder
“conocer experiencias” a partir de los libros sin exponerse a situaciones
riesgosas y de la ventaja de poder hablar de ello con alguien con actitud
abierta quien la pueda guiar, en este caso su madre.
Mientras que Lydia Kokkola (2013) sostiene que en la mayor parte de la
literatura juvenil subyace una perspectiva conservadora y controladora por
parte de los adultos (quienes continúan a inquietarse por la manifestación del
deseo en los jóvenes), Kimberley Reynolds (2007) señala que hay libros
juveniles “radicales” que no sólo representan los cambios en la sociedad sino
que a la vez contribuyen a formar nuevas actitudes y expectativas acerca de, y entre, los jóvenes. Además sostiene que estos libros pueden ayudar a los
lectores a ajustarse a estos cambios culturales y sociales. Así, en la década de los 70, en los libros expresamente escritos para jóvenes predominaban los
mensajes informativos y didácticos acerca de la sexualidad pero más
recientemente, pesar de las críticas y censuras, los libros juveniles han
comenzado a abordar los temas del deseo, el placer y las relaciones entre
adolescentes (heterosexuales, bisexuales u homosexuales), con cada vez más
naturalidad, sin caer en “pánicos morales” y hasta con humor. Pensemos por
ejemplo en Bajo la misma estrella de John Green, otro de los libros más
mencionados en la encuesta de 2014, donde se muestra una relación franca,
amorosa y respetuosa entre dos jóvenes (incluso olvidamos que están enfermos).
La lectura de este tipo de libros juveniles “radicales”, aunada a una mediación
adecuada y preparada, puede proporcionar espacios seguros para explorar y
expresar dudas y sentimientos en vez de mantener los silencios alrededor de
situaciones peligrosas o abusivas. Quizá también les ayude a los jóvenes
lectores a tomar decisiones informadas y a la vez asumirse como seres sexuales,
con todo lo que esto implica.
Del “Río de lectura” de uno de los participantes en el
taller
Referencias
Kokkola, L. (2013) Fictions of Adolescent
Carnality: Sexy sinners and delinquent deviants. Amsterdam: John Benjamins
Publishing Company
Nehring, D. (2009) Modernity with Limits: The
Narrative Construction of Intimate Relationships, Sex and Social Change in
Carlos Cuauhtémoc Sánchez's Juventud en Éxtasis Sexualities 12 (1) 33-59.
Reynolds, K.
(2007) Radical Children’s Literature.
Nueva York: Palgrave Macmillan.
[i] Referencias generales: Encuesta
Nacional de Salud y Nutrición 2012; Campero Cuenca1, L. et al (2013) Salud sexual y reproductiva de los
adolescentes en México: evidencias y propuestas, Gaceta Médica de México 149:299-307; Encuesta
Nacional de la Dinámica Demográfica 2014 (INEGI); Stern, C. (coord)
(2008) Adolescentes en México.
Investigación, experiencias y estrategias para mejorar su salud sexual y
reproductiva. El Colegio de México.
Un tema que me parece muy rico de analizar, teniendo en cuenta lo importante que es en la juventud y, al mismo tiempo, la poca presencia que ha tenido en la literatura juvenil hasta hace relativamente poco.
ResponderEliminarMe parece muy interesante que haya habido hueco también para las historias juveniles que se salen de la heteronormatividad en la investigación. En España, desde hace unos años, está habiendo una gran proliferación de historias y personajes que giran en torno a la homosexualidad y, lo más importante, en editoriales de libros juveniles asentadas y de gran público como Destino (El chico de las estrellas). Sin embargo, me pregunto si en un futuro contaremos con ejemplos de renombre en los que se exploren identidades diferentes a la "hetero" u "homosexualidad".