martes, 19 de mayo de 2015

Adolescentes y lectura en Turquía


 
Para esta entrada del blog ¡viajamos desde México a Turquía!

 Nos da mucho gusto tener un blogger invitado, Osman Coban, quien escribe sobre la lectura en su país y en especial sobre las preferencias lectoras de los adolescentes turcos. Creemos que nuestros lectores apreciarán la comparación con lo que sucede en esta área de estudio entre distintos países del mundo. En particular, es interesante considerar a Turquía junto con México, dado que ambos forman parte del llamado grupo “MINT” de economías emergentes (México, Indonesia, Nigeria y Turquía). Sin embargo, es importante señalar que los beneficios de esta supuesta riqueza no benefician a toda la población y que siguen habiendo muchos problemas serios y conflictos sin resolución en todos estos países, los cuales siguen teniendo un impacto negativo en la educación y la lectura, como bien nos recuerda Osman en el texto a continuación.

 Osman es alumno del doctorado en la Universidad de Glasgow, becado por el gobierno de Turquía. El año pasado obtuvo una de las becas de IBBY-UK para asistir y presentar en el Congreso de IBBY en México. De momento, se encuentra en escuelas turcas, llevando a cabo su trabajo de campo. Estamos agradecidas de que pudo encontrar el tiempo para contribuir a este blog.

 
Durante mi primaria y escuela media (1975-1985) hubo caos político en el país. Había eventos políticos por todo el país y si los padres estaban involucrados, intentaban que sus hijos leyeran los libros políticos escritos por el grupo ideológico con el cual concordaban. Yo fui una de las víctimas de estos eventos ya que me forzaron a leer algunos de estos libros y el resultado fue que los libros me asustaban.  Me habían dado algunos libros muy difíciles que tenía que leer y explicar, pero yo no entendía nada de lo que estaba leyendo. Imaginen un libro de como 500 páginas con términos políticos (…) delante de un niño en quinto año de primaria (…) odiaba a los libros (…) Comencé a amar la lectura cuando me hice maestro. Les leía libros para niños a los niños. Conocí los libros para niños cuando me hice maestro,  no leía libros infantiles cuando era un niño. Fue hasta entonces que surgió mi amor por la lectura y los libros.
Creo que estas memorias sobre la lectura, escritas por un director de escuela, representan una breve síntesis de la historia de la lectura en Turquía en la segunda mitad del siglo 20. Entre 1950 y 1960, la política tuvo un efecto significativo en los hábitos y preferencias lectoras de los niños y jóvenes. Además, existían muy pocos autores que escribían para niños y jóvenes y muy pocas traducciones de literatura infantil y juvenil de otros países. La actitud didáctica de los autores fue un factor clave en estas historias. 

A principios del siglo 21, a pesar de que el nivel de alfabetismo era alto (92.9%), sólo el 4% de la población decía que leían libros como parte de su vida diaria. La pobreza y el conflicto han sido otras razones que explican este bajo nivel de lectura. Casi la mitad de los niños turcos tienen que trabajar además de ir a la escuela. En la región del éste de Turquía, ha habido conflicto desde 1990 debido a una compleja situación étnica y política, y los niños kurdos en particular han estado viviendo bajo condiciones difíciles (Robinson, 2010; Yegen, 2006). Muchos de ellos tienen que trabajar en la agricultura durante el verano, en distintas partes del país. Además, casi la mitad de los trabajadores en Turquía gana el salario mínimo: 949 TL (aproximadamente 360 dólares) (CSGB, 2015) y es casi imposible usar este dinero para comprar libros ya que apenas alcanza para las necesidades básicas de una familia. Además, como me lo explicó Isfendiyar, de 17 años y uno de los alumnos en mi proyecto, los libros son costosos.
Hasta ahora he mencionado algunos de los complejos aspectos relacionados con el contexto en Turquía que han tenido un impacto negativo en los hábitos lectores de niños y jóvenes. Sin embargo, por el lado positivo, desde el 2003 ha habido varias campañas de lectura locales y naciones que han resultado en un incremento notable en el nivel de lectura de los jóvenes. En 2005, la Secretaría de Educación en Turquía preparó una lista de “100 obras básicas” para primaria y secundaria que los alumnos tenían que leer antes de terminar su curso (Cotukkesen, 2007). El expresidente, Abdullah Gul y su esposa Hayrunnisa Gul lanzaron la campaña “Turquía está leyendo” en 2008 que promovió la conciencia sobre la lectura a través de eventos alrededor de la lectura. En las escuelas, todos los días debían comenzar con 10 minutos de lectura. En uno de los eventos fuera de las escuelas, gente de todas edades leyeron en los estadios en diferente partes del país para crear conciencia a nivel nacional y esto tuvo un impacto tanto sobre los jóvenes como sobre los adultos (Gobierno de Istanbul, 2008, Kılıc, sin fecha). Como resultado, entre 2008 y 2013, el porcentaje de lectura subió de 4% a 6.8%  y el nivel de alfabetización de 92.9% a 96%  (Unal, 2013, TUIK, 2013).

A pesar de que los problemas económicos han limitado el mercado de libros en Turquía, ha habido un incremento notable en la oferta de libros para niños y jóvenes tanto de autores turcos como del resto del mundo. Esto ha ocasionado una aceleración positiva en los niveles de lectura de los niños y los jóvenes. En particular, la traducción de libros populares para jóvenes ha han abierto un nuevo campo de lectura en el país, dado que hay pocos autores turcos que escriben para esta edad o quizá, porque los autores que escriben para jóvenes “no son tan buenos como los autores extranjeros”, una opinión expresada por “Tess”, otra joven que participó en mi proyecto (su apodo se debe a que es fan de Tess Gerritsen).
En cuanto a mi propio proyecto, me interesan las preferencias lectoras de los jóvenes en Turquía y en los efectos de su selección. Estoy en el proceso de llevar a cabo encuestas, entrevistas y actividades alrededor de la lectura con lectores en el segundo año se secundaria en la provincia de Adana, en el sur del país. Entre las actividades, les ofrezco a los participantes una lista de libros clásicos, tanto turcos como del resto del mundo, y también obras populares contemporáneas. Ellos escogen una obra y la leen. Si quieren leer cualquier otro libro, aunque no esté incluido en la lista, también pueden hacerlo. Identifican el capítulo que más les gusto y explican por qué, luego, los otros participantes leen el capítulo y todos lo comentan. Durante estas sesiones, un total de 10 libros se comentarán entre dos grupos de cinco alumnos cada uno.


Hasta ahora, según los resultados de mi encuesta, 235 de 294 alumnos han indicado que tienen un libro favorito y 74 de ellos son libros turcos mientras que 220 son libros de otros países. Es interesante notar también que entre los que indicaron un libro turco como su favorito, hay una preferencia por temas realistas, mientras que los que prefieren obras populares fantásticas, como Los juegos del hambre, Sherlock Holmes y Divergente. Notaron que las series de Harry Potter y Crepúsculo fueron de sus favoritos en su infancia y les abrieron la puerta hacia otras historias fantásticas.
Para concluir este breve recuento sobre la lectura de los jóvenes en Turquía, a pesar de que hay algunos factores que mantienen un impacto negativo sobre el nivel de lectura de los adolescentes en este país, la nueva variedad en la oferta que incluye libros traducidos, está contribuyendo a combatir ese impacto. Podemos esperar que siga incrementando el nivel de lectura a la par que los autores y editores turcos aumenten también su producción para niños y jóvenes de manera que pueda haber una selección más amplia de donde escoger y, como dijo el director al principio de este texto, puedan aprender a amar la lectura.

Osman Coban

Bibliografía

Cötüksöken, Y. (2007). 100 Temel Eser Listeleri Üzerine, 100 Temel Eser Tartışması.

CSGB, (2015). Asgari Ücretin Net Hesabı, available at http://www.csgb.gov.tr/csgbPortal/cgm.portal?page=asgari accessed on 17.05.2015.

Kılıç S., (n.d.). Malatya Okumada Dünya Rekoruna Koşuyor, available at http://www.ha-ber.com/m/?id=12838 accessed on 17.05.2015.
Robinson, A. (2010). Meltem's Journey: A Refugee Diary. Frances Lincoln ltd.

The Governorship of Istanbul, (n.d.) İstanbul İli Türkiye Okuyor Kampanyası Projesi, available at http://www.istanbul.gov.tr/?pid=13648
Sabah (2012), Sigortalilarin Yarisi Asgari Ucretli, available at http://www.sabah.com.tr/ekonomi/2012/11/15/sigortalilarin-yarisi-asgari-ucretli# accessed on 19.05.2015.

TUIK (2012). ‘Working Children’, Turkish Statistical Institute, available at www.tuik.gov.tr accessed on 17.05.2015.
TUIK (2013). ‘Turkey in Statistics 2013’, Turkish Statistical Institute, available at www.tuik.gov.tr/IcerikGetir.do?istab_id=5 accessed on 19.05.2015.

Unal, (2013), Konusan Kitap Okumayı Artırdı, available at http://www.zaman.com.tr/mustafa-unal/konusan-kitap-okumayi-artirdi_2167850.html accessed on 14.12.2013.
Yegen, M. (2006). Müstakbel-Türk'ten Sözde-Vatandaşa: Cumhuriyet ve Kürtler. İletişim.

 

viernes, 1 de mayo de 2015

¡Los jóvenes mexicanos están leyendo!


 
El día 23 de abril pasado, día del libro, apareció en la prensa mexicana que, en cuestión de lectura, nuestro país no ha mejorado mucho en los últimos tiempos: en 2006 se leían  2.6 libros al año por individuo y en 2012 fueron 2.94, datos arrojados por la última Encuesta Nacional de Lectura (ENL) de la Fundación Mexicana para el Fomento de la Lectura A. C.  De igual manera se enfatizó que de 108 naciones de la UNESCO, en índice de lectura, ocupamos el penúltimo lugar y leemos 2.8 libros al año, y que existen pocas bibliotecas y librerías en el territorio nacional.
Ciertamente son cifras importantes que no podemos ignorar; datos que nos deben mover a la reflexión pero que infortunadamente son enfatizados de manera alarmante o amarillista. El Senado de la República, conmovido por los resultados, el mismo 23 de abril, decidió crear La Comisión de Fomento a la Lectura con un senador por cada grupo parlamentario, una iniciativa que se sumará al  Programa Nacional de  Lectura (2001) (PNL) de la Secretaría de Educación Pública y al Programa Nacional de Salas de Lectura del CONACULTA (PNSL) que lleva veinte años funcionando.
Sin embargo, al revisar el “Primer Informe” de la Encuesta del 2012 vemos que en la “Metodología”  se indica que la “Población objetivo” son personas mayores de 12 años que saben leer y escribir, lo que deja fuera del estudio un grupo muy importante que es el correspondiente a la etapa de la infancia.

No se encuesta a los niños y niñas de México, pero a todos los entrevistados se les pregunta por los hábitos lectores de su niñez, por ejemplo, si de pequeños leían en solitario o con apoyo de los padres. Las gráficas resultantes muestran la importancia que estas dos actividades tienen en la formación lectora.
Otro dato que deseamos enfatizar es que las personas entre los 12 y 17 años leen más libros que todos los otros grupos de edad, lo que demuestra que entre los jóvenes la situación no es tan alarmante como dicen los medios: el 61.1% de los adolescentes acepta que está leyendo libros (Gráfica 4, ENL 2012); y en la sección de “Preferencias de lectura” el 36.8% elige la lectura de libros por encima de los periódicos o revistas (Gráfica 6).

Como notamos, no se incluye a los niños en la Encuesta y los medios informativos no aclaran que los jóvenes de México entre los 12 y 17 años sí están leyendo y que les gustan los libros. Las primeras planas de los periódicos enfatizan que hemos reprobado en el esfuerzo de difundir y promover la lectura, pero lo que la ENL nos enseña es que el gusto decae o se pierde con la edad. Quizá lo que ahora necesitamos es trabajar con la misma tenacidad y creatividad entre los adultos y adultos mayores, no abandonar a quienes cumplen dieciocho años. Sabemos que la vida es dura en este país y que muchas personas deben abandonar los estudios y con ellos su relación con los libros de texto, pero se abren otros caminos que debemos imaginar. Si hemos podido inculcar el hábito de la lectura en la infancia será difícil que se pierda, así que también nos invita a reforzar nuestra tarea, a mejorarla cada día. Quizá ahí está la respuesta a la pregunta que se hacen decenas de gestores, promotores, profesores y padres de familia preocupados porque aparentemente su tarea de inculcar la lectura infanto-juvenil parece no haber rendido frutos. No es cierto, sí hay cambios, sus esfuerzos sí son valiosos y han logrado avances importantes.
Este brevísimo análisis nos hace pensar que debemos ser cautos al hablar de los resultados de la Encuesta, hay que meditarlos, reflexionarlos y trabajar en las áreas débiles, pero sin menospreciar las buenas noticias.

Una de las derivaciones de nuestro estudio “Transformaciones lectoras” nos indica que uno de los cambios de 1992 a 2014 es que los jóvenes de secundaria  leen y conocen más libros y entre ellos sobresalen obras de literatura infantil y juvenil como Harry Potter o Juegos del Hambre.  Inclusive pudimos constatar que les encanta la lectura de obras de fantasía pues destacaron que la obra que más les gustó de las tres que leímos durante el Taller fue el primer tomo de Memorias de Idhún de Laura Gallego, a pesar de que la novela cuenta con más de 200 páginas. Nos dijeron que leerían más si tuvieran a la mano mejores libros y más divertidos, adecuados para su edad.
Los jóvenes también percibieron, mediante los Ríos de lectura, que leer es algo cotidiano, de todos los días, una acción que se ejecuta de manera inmediata, sin plena conciencia, lo que quizá les pueda llevar a pensar que no leen nada. Esta lectura cotidiana no aparece en las encuestas lectoras, aunque es muy importante.



 Otra observación que podemos hacer a la ENL es el menor valor que se le otorga a la lectura escolar, a los libros de texto, se ven con cierta suspicacia quizá porque son obligatorios, como si esto les restara valor o importancia. Entre los resultados de la ENL aparece un criterio que indica “Cuando usted era niño, ¿sus padres lo estimulaban a leer libros que no fueran textos escolares?” como “Influencia de la familia en el desarrollo del hábito lector” (Gráfica 2). Los textos escolares son lo que los chicos deben leer y también tendrían que ser evaluados y mejorados, para hacerlos mejores tanto en el contenido como en la escritura de tal manera que fueran buenos textos que incentivaran la lectura.
Reiteramos que es necesario revisar cuidadosamente los resultados que arrojan las encuestas, habría que dejar a un lado las declaraciones alarmistas con el fin de favorecer la reflexión y la evaluación de los programas realizados en México, sin desacreditarlos de manera contundente.

Fuentes:

http://comunicacion.senado.gob.mx/index.php/periodo-ordinario/boletines/6644-crea-senado-comite-de-fomento-a-la-lectura.html




“De la penumbra a la oscuridad…” Encuesta Nacional de Lectura 2012. Primer Informe. Fundación Mexicana para el Fomento de la Lectura A.C. http://www.educacionyculturaaz.com/wp-content/uploads/2013/04/ENL_2012.pdf